LA AGENDA DE MADRE, 1961, Volumen 2

580 páginas

    La curva del año 1961, año del primer viaje espacial americano, acaba de golpear el corazón del “gran misterio”: “¡Es doble! -dice ella- es el mismo mundo y es... ¿el qué?” En uno, todo es armonioso, sin posibilidad de enfermedad, ni de muerte, ni de accidente, “una armonía milagrosa”, y en el otro todo funciona al revés. Y sin embargo, son el mismo mundo de Materia, separados... por ¿qué? “Cada vez más, tengo la impresión de que es una cuestión de vibración en la Materia”.

   ¿Qué es ese “tiempo vertical” que abre de pronto otra manera de vivir y de ser en la Materia, en el que unas cosas no son ya implacablemente la causa ni la consecuencia de otras: “una especie de absoluto en cada segundo”?

  Un mundo nuevo, sin traza, sin edad, sin huella, a cada segundo. Y esa “inmovilidad masiva” en un movimiento fulminante, ese “puntilleo de vibraciones”..., como si Madre viviera su cuerpo no ya a nivel macroscópico, sino a nivel de la Física cuántica.

  Y toda la vida “espiritual” de setenta años se le hunde como “una ilusión más grave todavía” ante... ¿un nuevo divino? ¿u otro modo de vida en la Materia, el próximo modo? “Estoy absolutamente abriendo un camino en la selva virgen...”