LA AGENDA DE MADRE, 1969. Volumen 10 

(582 páginas) Nota: Las agendas que no tienen foto de portada no han sido publicadas aún en castellano.
 

        Esta vez, Madre ha encontrado ya el “paso”, lo que ella va a llamar la “consciencia nueva”, la que puede abrirnos un mundo nuevo, del mismo modo que el primer espejo de agua roto por un anfibio, nos abrió a un nuevo aire: “No sé lo que está pasando, es un estado de vibración intensa, como ondas de una rapidez fulminante, tan rápidas que parecen inmóviles. Y de este modo voy a América, a Europa… Jamás este cuerpo había sido tan feliz: estas células, y otras células, es la vida por doquier, la consciencia por doquier, ¡todos los demás cuerpos son él!...” Y todas nuestras miserias fisiológicas se desvanecían al mismo tiempo: “Es como una dilatación de las células, los límites se atenúan, se borran incluso, y además los dolores se van FÍSICAMENTE”.

      Y no se trataba de “otro mundo”, sino de la Tierra, pero vivida de otra forma: “¡Como si un día hubiéramos entrado en una mentira irreal, que luego desaparece cuando se sale de ahí, deja de existir! Y todos los medios artificiales de salir, incluso el Nirvana, no valen para nada. ¡LA SALVACIÓN ES FÍSICA! Está aquí, está aquí. Y todo lo demás, incluida la muerte, no es más que una mentira. ¡No existe la desaparición! No existe “la vida y la muerte”…

      Y mientras Madre atraviesa las paredes de nuestra pecera mental, es todo el mundo el que se rebela, también el de su entorno, como si fuera sometido a la presión de una atmósfera nueva: “¡Cantidad de deseos de que este cuerpo muera, por todas partes, los hay por todas partes!... Toda una gama, desde la inquietud y las ganas de que acabe pronto, hasta los deseos más impacientes: ¡libres por fin!... No quisiera que me metan en un ataúd, estas células son conscientes… ¿Qué podrá pasar? No lo sé. Va en contra de todos los hábitos”.

      Una especie nueva va en contra del viejo hábito del mundo. ¿Acaso el mundo la aceptará, o terminará matándola?